lunes, 30 de agosto de 2010

El documento de los ex presidentes: Una propuesta digna de considerar.

Álvaro Olaya Peláez


Lo que en términos políticos y periodísticos se ha denominado “la lucha contra el flagelo de las drogas” se ha convertido en una clara muestra de lo que para Einstein no era más que una estupidez: “Seguir haciendo lo mismo esperando resultados diferentes”. A esta conclusión llego luego de revisar el interesante documento producido bajo el liderazgo de tres ex presidentes latinoamericanos: César Gaviria de Colombia, Ernesto Zedillo de México y Fernando Henrique Cardoso de Brasil denominado “Drogas y Democracia: Hacia un cambio de paradigma” el cual nos trae de nuevo la discusión sobre el tema de la despenalización del consumo de psicoactivos.

Llama la atención que cada uno de estos ilustres ex presidentes fue participe del esquema prohibicionista y represivo cuando ejerció la presidencia de su respectivo país. Estos antecedentes no le restan validez al contenido de esta declaración, por el contrario evidencia un importante cambio en la visión del problema e implícitamente, un reconocimiento a los errores de apreciación y acción que han llevado a los países llamados productores a encarar un problema crítico por su impacto en la corrupción y doloroso por la sangre que ha costado a la población.

El informe de la ONU sobre drogas en el 2008 aporta suficiente evidencia para que los estados latinoamericanos ajustemos las políticas sobre drogas, pues las consecuencias de los modelos represivos y prohibicionistas están a la vista:

  • La generación de un mercado negro que estimula el crimen organizado.
  • La lucha contra el narcotráfico exige recursos crecientes, muchas veces en detrimento de la inversión en salud pública.
  • Las acciones represivas en un lugar condujo a que se desplace a otras regiones, pues el mercado sigue a una oferta constante y con buenos precios.
  • Se ha generado la estigmatización de los adictos, que son marginalizadas socialmente y por tanto excluidos de una atención oportuna y eficiente.
Con estos presupuestos y frente a una actitud más abierta hacia la búsqueda de caminos socialmente válidos, el documento plantea un nuevo paradigma para América latina fundado en los derechos humanos y sustentados en tres directrices:

  • Tratar el consumo de drogas como una cuestión de salud pública.
  • Reducir el consumo mediante acciones de información y prevención.
  • Focalizar la represión sobre el crimen organizado.
Imagen tomada de: Alberto Montt: http://www.dosisdiarias.com/

El documento se concreta mediante la inclusión de cinco propuestas de acción, coherentes con los postulados y que para nuestras instituciones comprometidas con la prevención y la atención de los adictos significarían un escenario favorable:

  • Transformar los adictos de delincuentes o infractores en pacientes del sistema de salud.
  • Evaluar con un enfoque de salud pública y haciendo uso de la más avanzada ciencia médica la conveniencia de discriminalizar la tenencia de marihuana para consumo personal.
  • Reducir el consumo a través de campañas de información y prevención que puedan ser comprendidas y aceptadas, en particular por la juventud.
  • Focalizar las estrategias represivas hacia la lucha implacable contra el crimen organizado.
  • Reorientar las estrategias de represión al cultivo de drogas ilícitas.
Es deseable que la dirigencia política, los académicos y la sociedad civil retomemos este pronunciamiento y de una manera transparente y democrática podamos propiciar los debates que apunten la construcción de unas vías de acción basadas en la soberanía nacional y el respecto por los derechos humanos, sin caer en una posición que cohoneste con el crimen organizado el cual se ha nutrido en forma alarmante de las mismas políticas represivas.

Profesor de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de Antioquia. Medellín Colombia

1// UNOC, World Drug Report 2008, http://www.unodc.org/documents/wdr/WDR_2008/WDR_2008_eng_web.pdf

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